Primer viaje desde HK: Camboya
Resumen de Camboya.
Mucho templo. No encontramos a Lara Croft. La ciudad desde donde se vá a los templos, muy turístico, recién puesto todo, bastante chulo, pero poco autóctono, se nota la mano de occidentales que han visto un filón en la poco turística (comparando con paises vecinos como Tailandia) Camboya. Los templos masificados.
Muchísimo turista en los principales y como todos vamos leyendo la "Lonely Planet" (la guía de viaje por excelencia, para los no iniciados), pues todos afinados viendo el atardecer y el amanecer en el mismo sitio. Divertido lo del tuc-tuc: motocicleta con carrito atado detrás con el q nos movíamos por las cercanías, el conductor un poco desastre, con un inglés tirando a nulo y una tranquilidad..., como en el anuncio "me estas estresaaaando". Impactante los lugareños a la caza del turista, vendiendo todo a "oneee dolarrr" y persiguiendote de un lado para el otro. Elefantes, muchas piedras y algún templo q me gustó bastante, comido por la selva, con arboles saliendo por encima y debajo de los muros.
Lo q más disfruté lo viví solo, subido en lo más alto del barco, en el lago, camino a la capital, viendo los pueblos realmente locales, los niños saludando desde la orilla o corriendo a empujar la barca, no se fuera a empotrar contra el muellecillo por culpa de la ola que generaba nuestra lancha rápida. El viaje desde Siem Reap, junto a los templos, hasta Phnom Phen, capital del reino, lo hicimos a través de un lago inmenso q tienen q abarca medio país, en una lancha rápida de unos 120 pasajeros. Acabé subido en el techo de la misma al solazo, mientras que mis compis dormían dentro. Nada más empezar el viaje te encuentras con un pueblo alzado entero sobre el agua, casas, escuelas, incluso una iglesia cristiana, apostólica y romana flotantes con pequeñas canoas de un lado para el otro con los locales de compras o camino a la escuela.
La capital un desastre en toda regla. Suciedad y más suciedad y recuerdos de una dictadura recientemente abolida. Mucha caña estar en un campo de concentración, lo q había sido una escuela reformada para ello, viendo fotos de los asesinados y leyendo testimonios varios. Una aniquilación en toda regla. Los nazis lo hicieron con los judios, pues en Camboya fue todo aquel q pudiera ser peligroso para el régimen, empezando por los más peligrosos de todos q eran los q sabían leer y escribir... Espeluznante. Clara muestra de q hicieron una labor considerable es que los niños son los q mejor se comunican con los extranjeros, porq han vuelto a empezar a estudiar y claro el que sabe inglés tiene más posibilidades de venderte sus postales, o comida o lo q sea junto al templo, no te digo nada si sabe soltar frasecitas en español, aleman, frances, las capitales del mundo... La verdad es q los niños aprenden con los turistas tanto o más que en la escuela, aunq se hace duro verlos a ! partir de los 5-6 años ya intentando hacer dinero.
Últimos días en la playa. Pues, playa. Aprovechar los 30 graditos que nos acompañaron a lo largo de todo el viaje para tostarnos un poquito. Nada más tocar la arena al agua a nadar, q que ganas tenía de recordar una de las mejores cosas q el año pasado ofrecía Miami, agua de mar y temperatura ideal para pasarse horas dentro.
Todo preparado para el turista. Se notaba q hace no más de dos tres años aquello tenía q estar desierto (como decía la lonely planet desactualizada), pero ahora toda la zona está llena de chiringuitos de madera y hojas de palmera y locales encantados con los dolares q dejan los turistas. Sol, playa, comer, barquito a visitar una isla y bucear un rato, algo de fiesta guiri y el sábado a primerisima hora (no paramos de madrugar durante toda la semana entre vuelos, autobuses y amaneceres) de vuelta a HK, con escalas varias, incluido aeropuerto de HoChiMin (Vietnam) donde creemos que Natalia cogió una gastroenteritis de caballo. Manda narices estar ! comiendo de todo en Camboya (curries, arroces fritos, varios de todo chiringuito q tuviera pinta curiosa) e intoxicarte en la cafetería de un aeropuerto con una hamburguesa...
Conclusiones. Q soy poco turista, supongo q otros hubieran disfrutado mucho más de templos y muestras de una desconocida cultura milenaria. Q a Camboya le queda poco de paraiso desconocido y q el turismo está a la orden del día. Un país que tal vez salga definitivamente de la miseria en pocos años gracias al optimismo y las sonrisas de los lugareños.
Ahora vuelta a Hong Kong, el trabajo y a planificar las próximas salidas: semana santa, visitas de algunos de vosotros que parece q se concretan...
Mucho templo. No encontramos a Lara Croft. La ciudad desde donde se vá a los templos, muy turístico, recién puesto todo, bastante chulo, pero poco autóctono, se nota la mano de occidentales que han visto un filón en la poco turística (comparando con paises vecinos como Tailandia) Camboya. Los templos masificados.
Muchísimo turista en los principales y como todos vamos leyendo la "Lonely Planet" (la guía de viaje por excelencia, para los no iniciados), pues todos afinados viendo el atardecer y el amanecer en el mismo sitio. Divertido lo del tuc-tuc: motocicleta con carrito atado detrás con el q nos movíamos por las cercanías, el conductor un poco desastre, con un inglés tirando a nulo y una tranquilidad..., como en el anuncio "me estas estresaaaando". Impactante los lugareños a la caza del turista, vendiendo todo a "oneee dolarrr" y persiguiendote de un lado para el otro. Elefantes, muchas piedras y algún templo q me gustó bastante, comido por la selva, con arboles saliendo por encima y debajo de los muros.
Lo q más disfruté lo viví solo, subido en lo más alto del barco, en el lago, camino a la capital, viendo los pueblos realmente locales, los niños saludando desde la orilla o corriendo a empujar la barca, no se fuera a empotrar contra el muellecillo por culpa de la ola que generaba nuestra lancha rápida. El viaje desde Siem Reap, junto a los templos, hasta Phnom Phen, capital del reino, lo hicimos a través de un lago inmenso q tienen q abarca medio país, en una lancha rápida de unos 120 pasajeros. Acabé subido en el techo de la misma al solazo, mientras que mis compis dormían dentro. Nada más empezar el viaje te encuentras con un pueblo alzado entero sobre el agua, casas, escuelas, incluso una iglesia cristiana, apostólica y romana flotantes con pequeñas canoas de un lado para el otro con los locales de compras o camino a la escuela.
La capital un desastre en toda regla. Suciedad y más suciedad y recuerdos de una dictadura recientemente abolida. Mucha caña estar en un campo de concentración, lo q había sido una escuela reformada para ello, viendo fotos de los asesinados y leyendo testimonios varios. Una aniquilación en toda regla. Los nazis lo hicieron con los judios, pues en Camboya fue todo aquel q pudiera ser peligroso para el régimen, empezando por los más peligrosos de todos q eran los q sabían leer y escribir... Espeluznante. Clara muestra de q hicieron una labor considerable es que los niños son los q mejor se comunican con los extranjeros, porq han vuelto a empezar a estudiar y claro el que sabe inglés tiene más posibilidades de venderte sus postales, o comida o lo q sea junto al templo, no te digo nada si sabe soltar frasecitas en español, aleman, frances, las capitales del mundo... La verdad es q los niños aprenden con los turistas tanto o más que en la escuela, aunq se hace duro verlos a ! partir de los 5-6 años ya intentando hacer dinero.
Últimos días en la playa. Pues, playa. Aprovechar los 30 graditos que nos acompañaron a lo largo de todo el viaje para tostarnos un poquito. Nada más tocar la arena al agua a nadar, q que ganas tenía de recordar una de las mejores cosas q el año pasado ofrecía Miami, agua de mar y temperatura ideal para pasarse horas dentro.
Todo preparado para el turista. Se notaba q hace no más de dos tres años aquello tenía q estar desierto (como decía la lonely planet desactualizada), pero ahora toda la zona está llena de chiringuitos de madera y hojas de palmera y locales encantados con los dolares q dejan los turistas. Sol, playa, comer, barquito a visitar una isla y bucear un rato, algo de fiesta guiri y el sábado a primerisima hora (no paramos de madrugar durante toda la semana entre vuelos, autobuses y amaneceres) de vuelta a HK, con escalas varias, incluido aeropuerto de HoChiMin (Vietnam) donde creemos que Natalia cogió una gastroenteritis de caballo. Manda narices estar ! comiendo de todo en Camboya (curries, arroces fritos, varios de todo chiringuito q tuviera pinta curiosa) e intoxicarte en la cafetería de un aeropuerto con una hamburguesa...
Conclusiones. Q soy poco turista, supongo q otros hubieran disfrutado mucho más de templos y muestras de una desconocida cultura milenaria. Q a Camboya le queda poco de paraiso desconocido y q el turismo está a la orden del día. Un país que tal vez salga definitivamente de la miseria en pocos años gracias al optimismo y las sonrisas de los lugareños.
Ahora vuelta a Hong Kong, el trabajo y a planificar las próximas salidas: semana santa, visitas de algunos de vosotros que parece q se concretan...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home