Floreciendo en primavera

Este año ha sido de lo más atípico. Frío que no se conocía en años, mucha lluvia en la que se supone es la época seca y la flora parecía no sabía muy bien como reaccionar. Hikings en marzo con alguna con ropa suficiente como para hacerlo en Europa, no en una zona subtropical como la nuestra. Y los árboles con todo su follaje.

Aunque no sé si por el frío o qué, pero los colores eran más propios de otoño en algunos.

O puro verano.

Tostados, rojos, morados que asocio con épocas mucho más tardías.

Pero finalmente con abril llego la primavera. La humedad y las temperaturas han subido y con ello el brotar de las flores por todas las sendas.

Blancos,

rosas,

rojos...

Formas a las que no les hacía mucho caso antes, así que agradecer a la izeko de nuevo por recordarme dedicarle más tiempo.

En poco más de tres horas de paseo/carrera

docenas de tipos de flores vistas,

en todas sus formas, colores y tamaños.

Y acabar en la ciudad con los árboles sobre los que también crecen grandes flores rojas.

Y mi muy colorido edificio.

Al otro lado de mi ventana.

Nada más bajar.

En las jardineras.

Y un poquito más abajo.

Floreciendo.

En breve tocará encender el aire acondicionado.