Cogiendo velocidad
Volviendo a la corta distancia, la primera era una carrera de 6 kilómetros en equipo de 6 personas. Dentro de las actividades de “la hora del Planeta”. En el equipo todo gente del Banco: Alessio (italiano promotor de estos eventos, bastante en forma de gimnasio, principalmente), Javi (trabajamos en el mismo equipo de finanzas, poniéndose en forma), Carlos (canario relativamente nuevo en Hong Kong, le da a las carreras de montaña), Maricarmen (mexicana, triatleta, compitiendo a nivel amateur mundial, entre las 5-10 mejores en su categoría/edad), Eva (fichaje de último segundo, se nos cayó otro, no demasiado en forma). El recorrido y las reglas eran un tanto particulares. 3 vueltas en un circuito de 2 kilómetros en el paseo junto a la oficina. Gente corriendo en versión individual y otros en grupos como el nuestro: 6 personas por equipo de los cuales se contabilizarían los primeros 5 tiempos.Cero presión, tanto como para que me fuera de hiking tranquilo durante esa misma mañana. La carrera tras el anochecer. Juntarme con todos ellos. Dejar bolsas y varios. Calentamiento entre bromas. Una persona adicional más, Cristina, amiga de Eva, que se iba a colar sin inscripción. La “estrategia de carrera” era sencilla, salir lo más delante posible para perder el mínimo tiempo en adelantamientos y mantener un ritmo lo más constante posible. Alessio me dijo que quería hacerlo en 24minutos, le dije que se pusiera a mi “rueda” y que le hacía de liebre.Llegar más de diez minutos antes de la salida. Risas. Estirar un poco y dar botecitos para no quedarnos fríos… ¡Salida! Maricarmen esprintando a lo bestia nos dejó detrás a todos. Pasar a unos cuantos lentos y al de unos doscientos metros ya conseguir poner velocidad de crucero: 15kph. El GPS marcando que íbamos perfectos a cuatro minutos el kilómetro. “¡Alessio! Exactamente detrás de mí, ¡te quito el viento así!”. Carlos y Javier que se quedaban un poco por detrás, al de poco más de medio kilómetro alcanzar y pasar a Maricarmen. La primera vuelta perfecta en 8 minutos. Alessio me seguía bien y yo iba bastante cómodo. Al de pocos metros empezar a encontrarnos gente que iba en la primera vuelta… Prácticamente andando… Upssss… Ahí es donde nos dimos cuenta que la cosa iba a estar más complicada de lo esperado. El recorrido bastante estrecho, con lo que había zonas en plan embudo. Intentando pasar como podíamos subiendo a la acera y haciendo unos cuantos zigzags… La segunda en casi 9 minutos. Pasado el grupo de más lentos y el siguiente más numeroso, algo mejor, pero pasando gente de continuo. Nosotros medianamente correctos, pero algunos de muy mala leche chillando que se apartaran. A falta de 500m para meta “venga Alessio, dale fuerte a ver si me pasas” :P Ni por asomo le iba a dejar, en cuanto intento ir más rápido yo coger velocidad para llegar en plan sprint unos cuantos metros por delante suyo y la gente en meta disfrutando del “ajustado final”. Yo 24m09s (tiempo oficial, el real 30 segundos más, parece ser que la salida de los equipos era un poco más tarde y no se dieron cuenta que nos “colamos”…), Alessio un par de segundos más. Esperar y al de minuto ver llegar a Javi (25:21) y poco más tarde a Carlos (27:20), Maricarmen (27:43). Cristina y Eva ya con la calma (39:09). Fácil, incluso descubriendo más tarde que tenía las zapatillas medio rotas. Ya decía yo que notaba algo raro al esprintar en el calentamiento. En la clasificación por equipos segundos.La siguiente carrera era aún más peculiar y de velocidad. Un relevo de tres personas haciendo una milla (1,61km) cada uno. Me generó curiosidad. ¿A cuánto podría correrla? Entrenando para la maratón había hecho algunas series de 1500m (en las que vas rápido durante esa distancia, te tomas unos minutos de respiro y vuelves a repetir unas cuantas veces), pero nunca nada específicamente tan corto. Leyendo al respecto descubrí que bajar de los 4 minutos para la milla fue durante un tiempo un record imposible, hasta que Roger Bannister lo hizo en 1954, y como seguía siendo una distancia mítica entre los velocistas. Decidí que 5 minutos podría ser un buen reto. En el primer test a mediados de marzo me quedé un poco corto: 17.68kph de velocidad media y 5m26s. Tenía un mes para pasar de los 19,3kph. Interesante reto.
Para mejorar la velocidad hay que… correr rápido. Lo que parece una obviedad no lo es tanto. La idea es acostumbrar por una parte al cuerpo a ser lo más eficiente y fluido posible, por otra a aguantar la intensidad del ejercicio. Series descendentes como ejercicio recurrente: 800m, descanso de 2 minutos, 800m, 2 minutos, 400m, 1 minuto, 400m, 1 minuto, 200m, 1 minuto, 200m, 1 minuto; con la velocidad objetivo de la carrera como referencia. Por el camino confirmar algunas cosas que ya sabía, como que poner la cinta del gimnasio a todo trapo significa 23kph y que la sensación es ir súper súper rápido, capaz de aguantarlo durante 200 tal vez 400 metros máximo (?). Lo que te da una referencia curiosa, porque los mejores maratonianos son capaces de ir prácticamente a esa velocidad (por encima de los 20kph) de continuo ¡durante 42km!
Iba viendo con las semanas que cada vez estaba más cómodo con la distancia. Mi base aeróbica ya era muy buena de inicio, de tanto correr, nadar y otros durante años. Con el entrenamiento específico, entre otras, la sensación de acumulación de ácido láctico en las piernas y los pulmones a todo trapo más controlada. Seis días antes de la carrera, milla a 19kph, 5m04s conseguido. Limando segundos al crono. ¡Preparado!
La carrera estaba organizada por el edificio donde tenemos la oficina, con la colaboración del gimnasio dentro del mismo. Al mediodía pusieron en el nivel 8, a vista de todos los inquilinos, cinco cintas para correr. Éramos diez equipos, con lo que habría dos tandas. Pasarnos a ver la primera, de camino al gimnasio. El “maestro de ceremonias” (el gerente del gimnasio) micrófono en mano explicando las reglas: Tres participantes por equipo, empezando de parados sobre la máquina el primero tendría que subir la velocidad, correr el tiempo necesario hasta llegar a la milla, en ese momento reducir la velocidad hasta bajar a 3 millas por hora, bajar de la cinta con cuidado y darle el relevo al siguiente, volver a subir velocidad, tercer relevo y acabada la carrera. Los participantes de la primera tanda no parecían ir muy rápido.Cambiarnos, calentar un poco y volver al mismo punto. Viendo los tiempos que habían hecho los anteriores y oyendo al MC cantar la velocidad máxima que habían cogido, lo veía fácil. Volver a oír las instrucciones mientras me ponía en la cinta. Nuestra estrategia era sencilla. El primero era el único que tendría que correr la milla completa, así que tenía sentido que fuera yo, y si podía incluso hacer algo de más. 10, 9, 8, …, 3, 2, 1, Goooo. Darle al botón de arrancar, pulsar sobre 9kph, apretar a la flecha de subir la velocidad… Medio minuto hasta llegar a velocidad de crucero. El MC se iba pasando por detrás de las cintas mientras comentaba las posiciones “el equipo de Morgan Stanley ha empezado bien por encima de las diez millas por hora… bla, bla, bla, Deutsche Bank un poco por encima… bla, bla, bla… ¡BBVA ha empezado demasiado fuerte! 11.9 millas por hora, ¡no va a ser capaz de aguantar el ritmo!” mientras que yo le hacía un signo con el dedo de “no, no, a mí no me paran”. El de Credit Suisse que tenía junto a mí al oír mi velocidad intentó ponerlo a 11 millas por hora y ¡casi sale disparado de la cinta! Agarrando a la barra intentar volver a ponerse a velocidad algo más baja. 3 minutos y sin problema para mí. Cuando llevaba ya el 80% de la distancia decidir comprobar cuanta tralla me podía meter, subir un poco más la velocidad, seguía pudiendo, último sprint, justo el MC detrás de mí “¡BBVA sigue a toda velocidad! Parece que va a aguantar toda la milla. ¡Menuda carrera!”, mientras apretaba a la flecha y llegar al máximo que permite la máquina y ¡acabado! Darle al botón de 9kph y bajar hasta las tres millas para darle el relevo a Javi. La gente del Banco, que había visto animando detrás, dándome la enhorabuena mientras comprobaba que le había sacado más de minuto largo al segundo, colchón más que suficiente.Javi fue mucho más conservador, pero tampoco le recuperaron apenas tiempo. Cuando estaba cerca de la milla tuvo un pequeño cortocircuito y bajó la velocidad demasiado rápido, así que hizo los últimos metros casi andando. Finalmente consiguió llegar a la segunda milla y relevo de Alessio. Le tenía ganas. Bastante rápido. Yo creo bajando o justo justo 5 minutos y medio. ¡Ganadores!Machacada, minuto y pico al segundo equipo. Aquí recibiendo la copa que “adorna” la oficina desde entonces.Por una vez ganando a los grandes bancos de alrededor, aunque no sea en negocio. Carta con el premio conseguido.Un mes de gimnasio gratis. Y dejar ya la velocidad como base para futuro entrenamiento. ¡A correr por mis senderos y montañas!
Para mejorar la velocidad hay que… correr rápido. Lo que parece una obviedad no lo es tanto. La idea es acostumbrar por una parte al cuerpo a ser lo más eficiente y fluido posible, por otra a aguantar la intensidad del ejercicio. Series descendentes como ejercicio recurrente: 800m, descanso de 2 minutos, 800m, 2 minutos, 400m, 1 minuto, 400m, 1 minuto, 200m, 1 minuto, 200m, 1 minuto; con la velocidad objetivo de la carrera como referencia. Por el camino confirmar algunas cosas que ya sabía, como que poner la cinta del gimnasio a todo trapo significa 23kph y que la sensación es ir súper súper rápido, capaz de aguantarlo durante 200 tal vez 400 metros máximo (?). Lo que te da una referencia curiosa, porque los mejores maratonianos son capaces de ir prácticamente a esa velocidad (por encima de los 20kph) de continuo ¡durante 42km!
Iba viendo con las semanas que cada vez estaba más cómodo con la distancia. Mi base aeróbica ya era muy buena de inicio, de tanto correr, nadar y otros durante años. Con el entrenamiento específico, entre otras, la sensación de acumulación de ácido láctico en las piernas y los pulmones a todo trapo más controlada. Seis días antes de la carrera, milla a 19kph, 5m04s conseguido. Limando segundos al crono. ¡Preparado!
La carrera estaba organizada por el edificio donde tenemos la oficina, con la colaboración del gimnasio dentro del mismo. Al mediodía pusieron en el nivel 8, a vista de todos los inquilinos, cinco cintas para correr. Éramos diez equipos, con lo que habría dos tandas. Pasarnos a ver la primera, de camino al gimnasio. El “maestro de ceremonias” (el gerente del gimnasio) micrófono en mano explicando las reglas: Tres participantes por equipo, empezando de parados sobre la máquina el primero tendría que subir la velocidad, correr el tiempo necesario hasta llegar a la milla, en ese momento reducir la velocidad hasta bajar a 3 millas por hora, bajar de la cinta con cuidado y darle el relevo al siguiente, volver a subir velocidad, tercer relevo y acabada la carrera. Los participantes de la primera tanda no parecían ir muy rápido.Cambiarnos, calentar un poco y volver al mismo punto. Viendo los tiempos que habían hecho los anteriores y oyendo al MC cantar la velocidad máxima que habían cogido, lo veía fácil. Volver a oír las instrucciones mientras me ponía en la cinta. Nuestra estrategia era sencilla. El primero era el único que tendría que correr la milla completa, así que tenía sentido que fuera yo, y si podía incluso hacer algo de más. 10, 9, 8, …, 3, 2, 1, Goooo. Darle al botón de arrancar, pulsar sobre 9kph, apretar a la flecha de subir la velocidad… Medio minuto hasta llegar a velocidad de crucero. El MC se iba pasando por detrás de las cintas mientras comentaba las posiciones “el equipo de Morgan Stanley ha empezado bien por encima de las diez millas por hora… bla, bla, bla, Deutsche Bank un poco por encima… bla, bla, bla… ¡BBVA ha empezado demasiado fuerte! 11.9 millas por hora, ¡no va a ser capaz de aguantar el ritmo!” mientras que yo le hacía un signo con el dedo de “no, no, a mí no me paran”. El de Credit Suisse que tenía junto a mí al oír mi velocidad intentó ponerlo a 11 millas por hora y ¡casi sale disparado de la cinta! Agarrando a la barra intentar volver a ponerse a velocidad algo más baja. 3 minutos y sin problema para mí. Cuando llevaba ya el 80% de la distancia decidir comprobar cuanta tralla me podía meter, subir un poco más la velocidad, seguía pudiendo, último sprint, justo el MC detrás de mí “¡BBVA sigue a toda velocidad! Parece que va a aguantar toda la milla. ¡Menuda carrera!”, mientras apretaba a la flecha y llegar al máximo que permite la máquina y ¡acabado! Darle al botón de 9kph y bajar hasta las tres millas para darle el relevo a Javi. La gente del Banco, que había visto animando detrás, dándome la enhorabuena mientras comprobaba que le había sacado más de minuto largo al segundo, colchón más que suficiente.Javi fue mucho más conservador, pero tampoco le recuperaron apenas tiempo. Cuando estaba cerca de la milla tuvo un pequeño cortocircuito y bajó la velocidad demasiado rápido, así que hizo los últimos metros casi andando. Finalmente consiguió llegar a la segunda milla y relevo de Alessio. Le tenía ganas. Bastante rápido. Yo creo bajando o justo justo 5 minutos y medio. ¡Ganadores!Machacada, minuto y pico al segundo equipo. Aquí recibiendo la copa que “adorna” la oficina desde entonces.Por una vez ganando a los grandes bancos de alrededor, aunque no sea en negocio. Carta con el premio conseguido.Un mes de gimnasio gratis. Y dejar ya la velocidad como base para futuro entrenamiento. ¡A correr por mis senderos y montañas!
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