Iurgi de excursion

24 febrero 2016

Sa Pa 1 (octubre 2015)

Había bastantes festivos en septiembre y octubre y estaba mirando si montaba o me apuntaba a algún plan de vacaciones de amigos o family. Pero no coincidían los destinos (ya había estado y no me apetecía repetir) o las fechas. Tras el cumpleaños de Ramón, su novia nos pasó un link del maratón de montaña de Vietnam. Mmmm... Coincidía con un festivo, las fotos de los participantes en años anteriores por senderos varios de Sapa tenían buena pinta... Era justo una semana antes del 2 Peaks, pero si me lo planteaba en plan relax, ir con la mochila de carrera, la GoPro, ir sacando fotos... Una forma de visitar la zona con puntos de repostaje, corredores con los que compartir el tren y parte del recorrido... Una nueva experiencia.

Prácticamente estaba apuntándome cuando Hui, una de las chicas que suele venir de hiking, me dijo que el lugar y el plan sonaban interesantes ¡sin correr! :P y en el siguiente festivo, posterior al fin de semana de la carrera: perfecto. Una amiga suya, Bella, su novio Luke y Alexa, otra de las habituales de los hikings, se unían al grupo unos días más tarde. Un poco desastres... Parecía que yo era el único que quería leer algo y montar la logística. Al final coger avión, tren y hotel para la primera noche y nada más decidido. Iría todo sobre la marcha.

Hui el día antes de salir me dijo que tenía problemas de trabajo y se tenía que retirar... Oops. Primera caída en combate y eso que no habíamos empezado... El resto al avión de Hong Kong Airlines que nos llevaría a Hanoi. Sin problema. Aterrizar. Pasar inmigración. Yo con pasaporte español, sin necesidad de visado, los otros, chino, coreano, consiguiendo el "on arrival". Tras salir del aeropuerto negociar con taxista precio a pagar para ir al centro de la ciudad: 380.000 dones (otro país con tipo de cambio por las nubes: 25.000 por cada €). Una vez en la estación encontrar donde recoger el billete físico fue la primera aventura. En el documento que nos habían enviado por email decía "en el puesto de la compañía Sapaly que está en la estación B, puerta 4". Suena sencillo pero estábamos en Vietnam... Tras unas cuantas vueltas e indicaciones confusas parecía que teníamos que esperar hora y media antes no abrieran el puesto... ¡A cenar!

Tras pasear un rato encontrar restaurante bastante turístico por casualidad.

Clásicos de la cocina vietnamita: varios pho, rollitos frescos, verduras.

Volver a la estación, conseguir nuestros billetes definitivos y encontrar nuestro tren.

Cabinas de cuatro camas, Bella y Luke en la suya que compartían con un par de mochileras.

Una chica americana, Alexa, yo y la cama vacía adicional que teníamos, donde dejar todas nuestras cosas aparcadas.

Estábamos en lo que se considera vagones "deluxe". Algo más preparados para los turistas occidentales: sábanas y edredón bastante limpio, algo más de espacio, botella de agua y alguna cosa más sobre la mesilla y baños no excesivamente sucios. El aire acondicionado a todo trapo. Bastante movimiento y ruido. Pero aún así conseguí dormir, dentro de mi saco-sábana, bastante más de lo esperado. Sorpresa, cuando llegamos a destino a la hora oficial. Los mismos agentes turísticos te dicen que hay alrededor de una hora de retraso medio. A las seis estábamos desembarcando. Algunos con sus motos ya preparadas para visitar la zona.

Acercarse a la entrada de la estación de tren, con la parada de bus allí mismo y ya vendedores pesados acercándose. Precio inicial pedido 250.000. En mis notas (de wikitravel) tenía 70.000. Al final acabamos pagando cien y en el mismo bus gente que había pagado de 50 a N... El recorrido sorprendentemente, de nuevo, corto, menos de la hora esperada. Y llegar a algo muy desarrollado. Como la Bahía de Halong, sensación de haber llegado muchos años tarde. Lugar bonito pero...

Nuestro hotel. Mira que habíamos pedido una habitación tripe. En su lugar nos pusieron una habitación de parejita, con su cisne y pétalos de flores encima de la cama :D Menos mal que se podía separar en dos camas individuales y en un par de minutos ya arreglado todo. No quería tener problemas con el marido de Alexa :P

Dejar nuestras cosas y con la calma intentar contratar el plan para los siguientes dos días. El resto no estaba muy seguro de poder subir al Pico Fansipan, el más alto de indochina, así que un par de días de hiking tranquilo y quedarnos a dormir en un "home stay" = la casa de unos lugareños. Precios de lo más variados y sin mucha explicación de las diferencias, de los 25$ a los 65$... Yo quería ir con el que tuviera las mejores valoraciones, pero al final al más barato. Bueno... Veríamos. Dar una vuelta por el pueblo y subir a un parque tras pagar entrada correspondiente.

Jardines bastante cuidados.

Zonas con figuras de lo más extrañas. Supusimos que para niños. O para que los adultos hagan el tonto.

Cuanto más arriba, más natural.

Las vistas del pueblo-ciudad que sigue expandiéndose... A la derecha el lago que se suponía era punto turístico, pero totalmente seco.

Y seguir paseando sacando N fotos de flores y otros.

Y viendo algunas de las cosas que las lugareñas intentaban vender a los turistas.

Ya de vuelta, ellos curso de cocina y yo a correr, a buscar unas cataratas que tenía situadas en el GPS. No llegué, pero mientras corría me encontré un parque de recuperación de aves, creo, con alguna que otra águila

y confirmar a la velocidad que está creciendo aquello, con obras en la mitad de la montaña.

Tras una hora larga de carrera volver y comer parte de lo preparado por ellos y algo del menú. A las nueve durmiendo y a las siete arriba para desayuno bastante completo: baguettes con huevos fritos y algo de verdura, fruta, pancakes, zumos, leche. Muy recomendable el hotel. Juntarnos con todo el grupo para el hiking y empezar carretera abajo viendo lo más conocido del lugar: sus terrazas de arroz.

El hiking muy sencillo. En todo momento escoltados por N señoras, que pensaba eran parte de la "expedición", pero luego descubrimos que lo hacen por voluntad propia y para conseguir vender alguna de sus manualidades.

Ver algunas cataras.

El grupo y las plantaciones.

Unos cuantos niños vistos en el recorrido, acostumbrados completamente a ver tanto "blanquito".

Otra catarata vista, aunque esta prácticamente solo por mí. Íbamos lo suficientemente lentos como para que cada vez que veía un lugar interesante para ver me desviaba, foto.

Y vuelta a coger el grupo.

Al principio, a la guía no le hacía mucha gracia, hasta que vio que corría sin problemas cuesta arriba y cuesta abajo y que no me iba a perder.

Más terrazas.

Y un insecto que decidió amablemente a hacer de modelo.

Para que yo practicara con el macro de la cámara.

Nada mal. A partir de cierto punto conectamos con una carretera utilizada por los lugareños, medio gravilla, medio asfalto.

Las edificaciones locales.

Finalmente una terraza con algo de agua y arroz.

Y las vistas desde la carretera.

Lo que se ve no está nada mal.

Pero senderismo, lo que se dice senderismo, tampoco es que sea...

Paseo sin más. Parada para comer junto al río. Gallo mirándonos desde la distancia.

Curry de pollo y patatas, rollitos de primavera muy fritos, pepinos con tomate y arroz. Gatos y más gastos por alrededor.

Ver como trabajan con métodos tradicionales que me sonaban de Myanmar.

Los niños "intentando ayudar".

Artesanía local, de nuevo claras sus influencias chinas.

Niños tímidos que no querían salir en la foto.

Llegando al pueblo.

Donde la escuela es el punto central. Aquí los niños haciendo una especie de baile.

Pero cada poco había algo que recordaba que Sapa ya no es ese sitio idílico en las montañas donde se puede ver la vida de hace decenios.

¿Había comentado lo de las obras?...

Aunque si se busca tiene su encanto.

Y colorido.

Último kilómetro

antes de llegar a la casa donde haríamos noche. Continua

20 febrero 2016

Este de Java - Abril 2015

Para variar voy bastante retrasado subiendo fotos e historias de viajes y otros. Así que aquí va como pasamos la semana santa del 2015. Argoitz y Joana me comentaron que tenían también un día libre (yo dos) y que iban a hacer un viaje al este de la isla de Java, a visitar un par de volcanes. Ver vuelos, conexiones, posibilidades de plan adicional el día extra para mí... ¡Apuntado! Vuelos HK - Jakarta - Surabaya y juntarme con ellos dos directamente en el aeropuerto, después de haber estado tirado unas horas por el suelo. Quería cogerme una habitación en el hotel que se suponía había por allí, pero el servicio en Indonesia siempre deja que desear, y no hubo manera de hacerlo. En el mismo aeropuerto nos recogió el guía y conductor que nos llevaría de excursión los tres días.

El primer día fue principalmente de coche. Primera parada para ver desde las alturas una de las junglas donde se produce el café más caro del mundo: Kopi Luwak. Para resumirlo mucho por allí hay unos animalillos que se atiborran de las frutas del café y van defecando por los alrededores el grano no digerido, pero modificado por las encimas de su estómago, dándole un sabor característico. ¿Una taza le apetece a alguno? El kilogramo puede llegar a costar 400 euros. Así que no es una tontería.

De allí a comer junto a una playa sin mucho misterio. Como la mayoría de playas que hemos visto, fuera de las zonas turísticas, bastante poco cuidada... Y última parada del día en Sempol. Un pequeño pueblo con poquito que ver más que una cascada bastante potente.

El verde creciendo por todas partes.

No tiene que ser nada divertido verse metido en ese caudal.

Volver del tranquilo paseo. Cenar y dormir antes de atacar el volcán que estaba allí mismo. Un trayecto corto de carretera y llegar al punto donde comenzaba la caminata. Bastante gente. La mayoría de ellos locales. En cuanto nos pusimos en marcha, dejamos a la mayoría detrás. Llegar al punto más alto y bajar dentro del crater con docenas de luces que nos seguían por detrás.

Llegando ya a los "adentros" ponernos las máscaras anti-gas y preparar las cámaras.

El volcán es, aparte de un punto turístico, una mina en donde trabajan los lugareños. Metal en mano picando la roca.

Y sacando el azufre que utilizan para bastantes cosas, incluido hacer figuritas a intentar vender a los turistas allí mismo.

Cada poco el viento cambia y una nube de humo de azufre lo tapa todo. Nosotros, incluso con máscaras bastante mejores que la mayoría allí, tosiendo y los ojos llorosos. Por lo oído parece que las condiciones de vida de los mineros son bastante duras. Con una esperanza de vida que no llega a los cuarenta... Mientras tanto los turistas disfrutando de las vistas por un día.

El fuego azul que creo se genera al entrar el azufre en contacto con el aire, creando una especie de lava y llamas de ese color.

Mala comunicación con el guía o algo, pero nos olvidamos del lago y fuimos para arriba con la esperanza de ver el amanecer desde la punta del cráter. Poco interesante con exceso de nubes. Y para abajo junto a alguno de los mineros.

Y turistas, sacándose "selfies" con "estilo"...

Las vistas no eran nada malas, aunque la neblina no permitía sacar fotos demasiado buenas.

Y llegar al comienzo/final.

De allí a la verdadera aventura en Indonesia: su comida.

Pero esta vez no tuvimos demasiados problemas. Solo el exceso de grasas habitual. Pronto a la cama, porque tocaba despertarse de nuevo mucho antes del amanecer. La luna reflejada en charco del hotel.

Coger un 4x4 que nos subiría montaña arriba. Mucho tráfico. Lentos, prácticamente parados, en algunas partes. Demasiado rápido en ciertas zonas de curvas. Pero llegamos de una sola pieza al mirador desde donde veríamos amanecer sobre Mount Bromo. Allí lo suficientemente pronto como para ponernos delante y poder jugar con la cámara. Foto hora antes del amanecer en automático.

Nada a ver, más o menos como lo veíamos nosotros. Pero si cambio un poco la exposición.

Ya se veía el perfil de las montañas y parte del cielo. Poniendo la cámara a toda su potencia.

¡Magia! :D Se la enseñaba a todos y bromeé diciendo que nos podíamos ir ya. Dudaba mucho que tras el amanecer, para el que quedaban todavía más de 50 minutos con bastante frío, la foto mejorase. Obviamente no lo hicimos y nos quedamos a verlo. Entre nubes ahí que aparecía el sol.

Y empezábamos a ver con nuestros propios ojos el pueblo abajo.

Y el volcán.

Me sigo quedando con la foto "trampa", sobre todo en alta definición viendo el original en el ordenador, con el camino de luz de la carretera, las estrellas... Argoitz y Joana decidieron hacer un poco el local.

Y con el 4x4 abajo al valle, desde donde se anda hasta la base del cráter o también se puede ir a caballo.

Un camino con extrañas figuras.

Y el calor que empezaba a notarse ya.

Escaleras para subir al cráter.

Desde donde ver el volcán activo.

Figuras a las que pedir que protejan de las fuerzas de la naturaleza. En este caso Ganesha, si no estoy equivocado.

Hacia afuera un mar de ceniza.

Decidimos salirnos del mogollón de gente y subir por el borde del cráter.

Mucho mejor aquí.

El vídeo da un poco más de sensación de lo que es aquello.

Mount Bromo

On the rim of Mt Bromo

Posted by Iurgi Ruiz De Gauna on Saturday, January 9, 2016

Volver a la realidad, escaleras abajo.

Caballo/andar y empezar el regreso a la ciudad.

Argoitz y Joana acababan el viaje con esto. En mi caso originalmente tenía pensado hacer rafting en los alrededores. Pero la compañía que me lo tenía que organizar se lió bastante y decidí hacerlo fácil: volver con ellos dos directamente a Surabaya y buscarme entretenimiento allí. Por todos los lados leía que una de las cosas a hacer era jugar al golf. Pasatiempo bastante arraigado en todo el país, pero aquí incluso más. No había jugado en mi vida, así que ¿por qué no? Una cosa más a probar. Hablar con el jefe del hostal donde me quedaba la noche, que chequeó dónde podía ir. En internet verme unos cuantos tutoriales de como agarrar los palos y poquito más. Casualidad un polo con cuello (que había utilizado en la oficina el día que cogí el vuelo), pantalones de trecking caqui y zapatillas de correr por montaña que daban el pego lo suficiente como para que no me pusieran pegas con la indumentaria. Oferta especial de lunes. Dieciocho hoyos, una caddy y cochecito eléctrico en campo diseñado por Jack Nicklaus, o alguno de estos golfistas súper famosos. Y ¡a jugar!

Cuando empecé no las tenía mucho conmigo. Agarra el palo con la mano izquierda, la mano derecha luego con un par de dedos entrelazados. Alinearse con la bola y hacer un par de movimientos simulando pegar a la bola. Ponerse en posición.

Y sorprendentemente, ¡darle muy bien!

Pensaba que iba a dar a la tierra, no acertar a la bola o vete tú a saber. Pero no. Parecía hasta que sabía jugar. Mirada de aprobación de la caddy... Que no duraría mucho :P En cuanto me daba distintos palos totalmente perdido. Se supone que en función de la distancia y superficie tienes que coger un material y ángulo. Pero para mí cada nuevo palo era empezar de cero. En fins. Muchas bolas perdidas entre árboles, setos y estanques. Pero interesante como siempre probar a hacer una cosa nueva y algo que se me podría dar hasta bien, si le dedicara tiempo. Y ya con ello dar por cerradas las vacaciones yo también.

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