Iurgi de excursion

24 abril 2007

Desigualdades

Podría hablar sobre el índice de Gini, mostrar curvas de Lorenz, datos estadísticos comparando con otros lugares y sobre todo con la evolución histórica de la propia isla, pero ama se va a quejar así que dejemos solo el dibujito, aunque supongo que no dice mucho a simple vista. Quiere mostrar la desigualdad en la distribución de ingresos entre las distintas "capas sociales" en Hong Kong. Cuanta más desigualdad la curva más se aleja de la diagonal. Para hacerse una idea, el índice es más de un 100% mayor al de Japón o un 60% al de España.

Bajando a ejemplos se ve mucho mejor. A una secretaria/recepcionista que comienza en una empresa, le pueden pagar 5.000HKD, trabajando de lunes a sábado y con 8 días de vacaciones al año. Y no tiene mucho margen de mejora con el paso de los años. Coste del alquiler de la vivienda más humilde, para hacerse una idea, alrededor de los 3.000HKD. Y estamos hablando de una habitación+baño de menos de 14 metros cuadrados, en un edificio antiguo, sin ascensor y con pinta de caerse a cachos. ¡Si oyeran la que se montó con los mini-pisos en España!

Y esto no es para nada el extremo inferior. Porque hay mucha gente que vive con menos. Las 150.000 personas que mencioné que se calcula que viven en cajas o los mendigos y vagabundos que se ven por las calles es lo primero que se me viene a la cabeza. Supongo que alguno dirá que mejor ser pobre en la maxiurbe que no en un pueblo perdido de la China profunda, donde literalmente se sigue viviendo en las mismas condiciones que en la edad media. Pero se hace increíble frente a las "capas altas de la sociedad".

Porque por arriba parece no haber límite. Los sueldos de los grandes jefes y los profesionales más selectos no envidian a los de ningún otro lugar del planeta. Los ceros se agolpan. Algunos expatriados a los que sus empresas les pagan incluso cientos de miles de Hong Kong dólares por el alquiler y mantenimiento de sus casas. Facturas de teléfono que igualan el coste del alquiler medio en la isla. Sueldos anuales que superan los 6 ceros.

Y entiendo las reglas del mercado. Entiendo que alguien se lleve un porcentaje de las ganancias que le reporta a una empresa. Que los conocimientos, los contactos, esa parte intangible que pueden aportar algunas personas es cada vez más importante. Pero se sigue haciendo extraño ver a un vagabundo dormir bajo el puente, mientras a pocos metros el niño de papá de 18 años aparca un Porsche en la entrada de un garito cualquiera.

Supongo que también explica muchas cosas, mis amigos con más de un trabajo, los adictos al trabajo, los padres histéricos por dar la mejor educación a sus hijos, en un intento por alejarse del puente o acercarse al porsche, empiezo a no tenerlo muy claro.

20 abril 2007

Iconos

No sé por qué me encantó este anuncio que encontré en la mitad de Lijiang. En un restaurante cualquiera.

Tal vez porque fuera el único en inglés. Por tener un icono de la cultura popular como el Ché. Por mencionar las AK 47, puro símbolo de la guerra fría y el poder soviético con apoyo chino. Por tener eso tan usado en publicidad de "El Hombre". Todo junto, mezclado pero no agitado, para un anuncio de bebida alcohólica, vodka supongo. Curioso.

15 abril 2007

Lijiang

Semana santa en el suroeste de China. Lijiang en la provincia de Yunnan. El propósito principal recorrer a pie la senda en lo alto de la Garganta del Tigre Saltarín, una de las más grandes del mundo.

Dos compañeros del banco y yo. Vuelo Shenzhen-Kunming-Lijiang. Primera noche durmiendo en Lijiang tras Hot-Pot con el que calentar nuestros estómagos. A primerísima hora de la mañana arriba a coger un minibús que tras dos horas de viaje nos llevaría al comienzo de nuestra caminata. Desayuno en un café regentado por una australiana que lleva viviendo en la zona más de diez años y tirar para arriba.

Un río que se adentra entre las montañas más altas de China. A lo lejos picos nevados y un camino que poco a poco se empina. El agua con el tiempo a hecho su camino creando la garganta que queda a nuestros pies. Cascadas que se quieren unir a su cauce asaltando el camino. Andar y andar hasta llegar al hostal donde pasaremos la noche. Despertarse y bajar a la garganta a ver sus rápidos. Volver a la senda tras subida complicada, que hace acelerar el corazón. Recuerdos del Gran Cañón con Marga en la cabeza. Llevando la contraria a los lugareños intentamos acabar todo el recorrido a pie. Andar otros 15 kilómetros, cambiando el paisaje a inmensos trigales en terrazas. Bonito. Con los lugareños en plena recogida. Encontrar desfiladero abajo el ferry que nos llevaría a la otra orilla. Dormir. Despertarnos antes que el sol lo hiciera y coger otro minibús, de 18 plazas que se fueron abarrotando hasta que dentro éramos 31 y plantas, sacos, maletas, mochilas, camino a Lijiang.

Lijiang. Curiosa ciudad entre la modernidad y las más viejas costumbres. Descubrir la minoría Naxi que la habita. Chinos a medio camino a nepalíes. Pasear por la ciudad. Recorrer los alrededores en bici. Y finalmente volver a casa con alguna historieta y unas cuantas imágenes en la cabeza.

PD: La música es de los ancianos Naxi que tocan en la ciudad de Lijiang.

10 abril 2007

Chino allá donde menos te lo esperas

Verano de 2001. Pasar con ama por Springfield para comprarme algo de ropa antes de empezar con Arthur Andersen. Unas cuantas cosas definidas como business casual, concepto que ni conocía, y un traje de baño, que finalmente pasó a ser con el tiempo pantalón a utilizar para hacer deporte. Años más tarde se vino conmigo a Miami y luego a Hong Kong.

Un pantalón cómodo sin más, hasta que hace unos días Victoria me comenta "curioso pantalón, ¿dónde lo compraste?". No sabía porqué lo decía. "Es bonito. Los caracteres son curiosos, nunca los había visto en un pantalón". Y allí que descubrí que lo que yo pensaba que era sin más un estampado intentando simular ser maya o similar, eran en realidad caracteres chinos. Además caracteres que aparecen en los papeles rojos que llenan las paredes en año nuevo chino. En este caso fú (felicidad, buena suerte) y shòu (vida), repetidos una y otra vez.

Chino por todas partes, aunque ni nos dieramos cuenta.