Feng Shui.
Práctica china entre lo espiritual y la superstición. Literalmente traducido, viento y agua. El viento que mueve la energía del universo y el agua que la conserva. Porque según ello el entorno afecta la prosperidad, la salud y la suerte. Para intentar entenderlo completamente hay que adentrarse mucho en el pensamiento tradicional chino. El Chi, la energía que emite la Naturaleza. Las formas de canalizarlo o más bien como situarse y comportarse para seguir su fluir.En Hong Kong es normal encontrarse con referencias al feng shui continuamente y a veces llega a sorprender su importancia para los locales. La posición ideal para una oficina es con las montañas detrás y el mar delante, así, en nuestro edificio hay altos directivos que han declinado la opción de utilizar los lugares con mejores vistas, simple y sencillamente porque no cumplían con ese requisito. Desde la posición en que uno se sienta en su despacho debe ser capaz de ver toda la sala. La puerta de entrada no puede estar directamente en frente de la cama. Colores, agua, espejos... Tantas cosas siguiendo reglas escritas o consejos de "expertos". Existen consultores de feng shui que analizan y dan consejos sobre una nueva casa u oficina, donde situarla, como construirla, decorarla... No solo en China, comienza a ser normal también en otras partes del planeta.El más de lo más es el edificio del Bank of China. Uno de los edificios más espectaculares de la isla, artista principal en el espectáculo de luces al anochecer, que llega a sorprender a los turistas. Pero para los locales un generador de muy mal feng shui. Sus afiladas esquinas parecen dagas que mandan energía negativa, casualmente apuntando al edificio que en su día albergaba al gobernador británico, con lo que muchos piensan que se hizo a propósito por el gobierno chino frente a lo que consideraban su "enemigo". Curiosamente el IFC 2 está en esa misma línea imaginaria, así que cuando el Banco se trasladó a este edificio los locales relacionaron la caída en los resultados al mal feng shui. Desde entonces he ido viendo como los más "creyentes" evitaban estar sentados frente a la "daga", como objetos varios han aparecido frente a ella para disipar su efecto, etc.
Y yo lo miro con ojos curiosos, como quien mira cualquier otra creencia sin compartirla.
Y yo lo miro con ojos curiosos, como quien mira cualquier otra creencia sin compartirla.