Fin de semana largo por festivo: el
día de la dependencia en Hong Kong. Otro viaje corto a China. Hangzhou como idea original, aunque viendo por internet el calor que estaba haciendo Miao decidió incluir HuangShan, montañas y más fresco.
A primera hora de la tarde vuelo directo con compañía low cost: Spring. Algo de retraso, coger atasco en el autobús que va del aeropuerto al centro de la ciudad y sin buses para HuangShan. Hacer noche por tanto en hotel ya reservado con antelación. Extraño sistema el de China, donde se pueden hacer reservas sin ningún coste y usualmente con algo mejores precios. Consecuencia: todo el mundo reserva por adelantado por si acaso y si no no apareces...
Despertarnos pronto, ir a la parada de autobús. Primero directo a las ocho. Así que sin problemas a buscar desayuno. Como no, favorito en China:
baozis y leche de soja. Montarnos. Cuatro horas y al pie de las montañas. Un pequeño trayecto en otro bus hasta la entrada misma del parque y ¡a andar!
La vez anterior con Josephine al de unos minutos andando decidió dar la vuelta y subir por teleférico. Su mochila de cincuenta-sesenta litros llena culpable en parte. Esta vez, mucho menos cargados, la idea era subirlo todo.
Entre árboles.
Escaleras y más escaleras.
Inicialmente con buen tiempo, pero cuánto más arriba, cada vez más metidos entre nubes...
Más escaleras y alguna que me cedió su mochila para que pudiera añadir algo de carga adicional a mi entrenamiento :P
Las montañitas que ibamos dejando detrás.
Y la vegetación que se iba cargando de humedad.
Llegar al hotel en el que haríamos noche, dejar la mochila y seguir de paseo. Niebla cerrada y vistas...
¿Qué vistas?
Se podía poco más que intuir los pinos y montañas.
Volver al hotel.
Cenar y un poco que aclara antes de anochecer.
Esperanzas de un amanecer con mejor tiempo. Seis de la mañana arriba y... Diluvio... A dormir de nuevo... No paraba. Desayunar con calma y prepararse para paseo bajo la lluvia. Miao con mi North Face y yo en camiseta (sin problemas mientras estuviéramos andando, genero bastante calor), en la mochila todo bien metido en bolsas y a andar.
Lluvia, rocas, pinos y paisajes a imaginar.
Ver funicular, dudar un poco y al final decidir cogerlo. Autobús de vuelta a Hangzhou. Chasco de comienzo de viaje. Pero al menos cuando llegamos el tiempo era allí bueno.
Hotel, comprar tiquets para espectáculo de agua y luz e ir al punto turístico número uno de la ciudad: su lago.
Ver anochecer y el espectáculo comiendo baozis. Del mismo director del de los de Yangshuo o ZhangJiaJie.
Impressions West Lake. Una historia sencilla. Muchos actores. Muchas luces. Poderío chino.
Eso era una estructura que salía del lago tirando agua y luces por todos los lados. Ver el tamaño de los dos actores principales de la obra para hacerse a la idea. Y el "escenario" es N veces eso.
De todas formas, me sigue gustando más el primero que vi en
ZhangJiaJie. Supongo porque es el más "a lo bestia", mayor "escenario", que incluye todas las montañas, más actores... Salir y volver de paseo hasta el hotel.
Amanecer con día radiante. Al lago de nuevo. Cinco horas paseando por él. Unos cuantos kilómetros viendo construcciones chinas.
Un paseo con puentes que lo cruza prácticamente de norte a sur.
Gente en bicicleta.
Pescando.
Muchos peces, estos "decorativos", en estanques más pequeños.
Ver pavos reales por primera vez en mi vida.
Aunque no fuera capaz de sacarle foto frontal con todo el plumaje arriba. "¡¡Date la vuelta!!"
Reflejos.
Y muchas parejas haciéndose fotos de boda.
Flores.
Aunque las más conocidas en el lugar sean otras.
Una de las cosas más características de la ciudad son sus plantas de loto.
Las cuales florecen de junio a agosto.
Papeleras. Algo que suelo echar en falta en China. No es el caso en Hangzhou, que me resultó bastante limpia. Agradable.
Más paseo bajo solazo.
Ciudad que une lo antiguo y lo moderno. "¿Qué pasa?"
Y al aeropuerto. Allí sorpresa de última hora. Hong Kong en alerta 3 de tifón, con lo que muchos vuelos retrasados incluido el nuestro. Cenar una bandeja que nos dieron.
Horas tirados en aeropuerto cómodo, ver fotos, charlar, dormitar, conectarse al wifi (gratis como en la mayoría de aeropuertos de China; algunos tendrían que aprender...). Y con casi siete horas de retraso salir más allá de la medianoche de vuelta a Hong Kong.
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