A veces de paseo por la biblioteca de Hong Kong, a donde voy muy a menudo, me he encontrado libros muy interesantes. El último este.
Una pareja dos culturas. El título es bastante explicativo, habla sobre las parejas interculturales, principalmente chino-occidentales. Comienza haciendo un repaso de la historia de China reciente, centrado en Hong Kong y cercanías. Para pasar luego a revisar las historias reales de parejas, sus experiencias y problemas.
La primera cosa que me sorprendió, es saber que en 1971 se promulgó la "Ordenanza de Reforma del Matrimonio" que prohibía, entre otras, tomar ninguna concubina más a partir de ese momento. Hasta entonces la figura era parte de la familias pudientes, incluso teniéndose en cuenta para temas impositivos, con deducciones por el mantenimiento de "segundas esposas".
Lo curioso es que muchas mujeres no estuvieron nada de acuerdo con esta ordenanza. Algunas felices de tener a sus maridos fuera de su dormitorio. Otras prefiriendo aquella situación a la que ocurrió posteriormente, cuando esos mismos hombres empezaron a tener sus "queridas" al otro lado de la frontera, en la China continental, tanto en Shenzhen como lugares cercanos, y todo pasó a ser "furtivo".
Y de ahí el concepto de "segunda esposa", que tanto me sorprendió en su día, y que sigue presente hoy en día...
El libro repasa la llegada de los británicos, las primeras relaciones, el ascenso de la isla como centro económico, la gente que entraba ilegalmente, las clases sociales, la evolución hasta hoy en día, para posteriormente entrar en esas diferencias que marcan a las parejas interculturales, que van de lo anecdótico a lo más esencial de la vida. Muchas cosas. Para el que tenga curiosidad unos cuantos fragmentos aquí (esto va a ser laaargo, aviso)
El idioma es a veces una barrera real, y alguno necesita tres meses para ser capaz de pronunciar correctamente "Ngor oi nei" (te amo) en cantonés.
El salto cultural , las diferentes formas de vivir y comunicarse son otro problema. Para los chinos tradicionales la forma de hablar de los occidentales es demasiado explícita. Un chino intenta no perder la cara nunca y no hacersela perder a otros a menos que tenga alguna rencilla con ellos. Según ellos las relaciones son como el cristal, fáciles de rallar e imposibles de arreglar completamente luego. No se discute nada abiertamente. Se evita decir el "no", se intentan ocultar los sentimientos tras una máscara de tranquilidad.
Niegan siempre cuando alguien dice algo bueno sobre ellos. Hay que rebajar siempre los cumplidos. Si alguien te dice que tu novia es preciosa tienes que decir que "no es para tanto". Si te dicen que hablas bien cantonés responder "que hablas muy mal". Mostrar modestia y humildad sobre todas las cosas, en la cultura china, pero que para un occidental sonaría a hacer de menos a quien se quiere o a uno mismo. A su vez, a veces se pierden en elogios y alabanzas el uno al otro.
El humor es distinto. Chistes que no tienen sentido en un lugar lo tienen en el otro. Sobre todo cuando es ese humor absurdo, "
Faemino y Cansado" por poner un ejemplo, incomprensible para muchos locales. El humor chino es más físico, más bruto, con mucho chiste "para adultos". Los motes rozan o sobrepasan lo grosero. Así una de las actrices más conocidas de Hong Kong, muerta recientemente, era y es conocida como
Fei Fei (gorda, gorda), por no hablar de los motes de la oficina... Algunos muy brutos.
Los gestos son distintos. Contamos con las manos de forma distinta, ellos lo hacen hasta diez con una sola mano (pondré post al respecto). Cuando nos señalamos a uno mismo lo hacemos al pecho y ellos a la nariz. Una chica china, aún con sus treinta años, sacando la lengua se considera "mono" y en occidente sería un poco maleducado. Muchos otros que crean confusión, distintos significados.
Y ¿cuando se ducha uno? Los occidentales normalmente tras despertarnos. Los chinos antes de acostarse. Toallas de mano para limpiarse en la ducha. Sorber con ruido los líquidos, sobre todo la sopa (considerada a medio camino entre comida y medicina), como apreciación.
No retener los gases. Distintas normas de comportamiento, aunque poco a poco se van igualando, al menos en HK.
El comportamiento cambia en función de que estén con occidentales o entre chinos. Incluso cuando hablan en chino o en inglés. Es curioso ver como el tono de voz se reduce instantáneamente en cuanto utilizan el inglés. Y como sube hasta casi el grito en cantonés comiendo en un restaurante, bueno, eso me suena también de casa ^__^
El idioma es reflejo de una cultura y de alguna forma marca el razonamiento. Y en eso no hay similitud alguna. Los caracteres chinos que no solo sirven para entender lo escrito, si no mucho más. Lo bueno, la felicidad, es la unión de los caracteres de una mujer y un niño. Dos montañas la salida, lo que está fuera, lo lejano, tal vez porque lo que estaba allende dos montañas estaba lejos para el chino medio. Etc.
La religión. En el sentido más amplio. Porque si bien normalmente los chinos lo viven de forma muy personal, marca el carácter, el planteamiento de vida. El
feng shui, el budismo, el
taoismo, el
confucianismo, tan distintos de la cultura cristiana. Donde la fuerza de la naturaleza fluye por el todo, reencarnaciones, resignación a un destino fijado, aceptación de la vida que les toca vivir. Un tema muy muy profundo que poco a poco empiezo a entender, aunque sepa que mis raices delimitan mi raciocinio.
Es curioso ver que incluso el concepto del tiempo es distinto. Muchas ideas al respecto. Pero en la cultura occidental el tiempo es claramente lineal. Basado en un tiempo en que vivir en la tierra con un comienzo y un fin claro, con un cielo o un infierno esperando como recompensa a lo realizado. Pero cuando se cree en las reencarnaciones, que todo es parte del Chi que fluye, el tiempo pasa a ser espiral, con un tiempo para nacer y para morir, y volver a nacer y... Las oportunidades no son algo a lo que hay que aferrarse, porque aparecerán de nuevo en esta vida o en otra. Y muchos más pensamientos que cambian. Formas de ver el mundo.
Aún así hay otras cosas que no veo. No creo que entenderé nunca algo como el Tung Sing, un libro basado en el calendario lunar que delimita que hacer en cada día, días propicios para hacer ciertas cosas, fengshui y muchas más cosas mezcladas y que siguen cientos de miles de chinos. Un libro que tiene sus orígenes seguramente antes del año 2200 antes de Cristo!
Muchas anécdotas y diferencias en el libro. Pero el resumen de todo es que a veces esas diferencias son solo la excusa. Una buena comunicación, respecto y realmente quererse hacen que deje de ser algo negativo, sino una fuente continua de aprendizaje, de descubrir un punto de vista distinto, incluso entenderse mejor a uno mismo. Divertido. Curioso. Distinto. Pero nada fácil.
Curioso libro que me ha reafirmado alguna idea y descubierto nuevas cosas sobre las que aprender. Y entender muchas cosas de mi previa vida en pareja...